Nuestra Historia
ASPIRA de Puerto Rico se inició en 1969 como parte de un movimiento que comenzó en Nueva York bajo el liderato de la Dra. Antonia Pantoja, una carismática puertorriqueña que desarrolló un profundo compromiso con la justicia social.
ASPIRA nació como respuesta a los problemas de injusticia y vicisitudes de carácter racial, falta de apoyo social y desigualdad en las oportunidades educativas que vivió la ola de más de un millón de puertorriqueños que abandonaron la Isla esperanzados en encontrar un mejor vivir en los Estados Unidos.
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El discrimen contra los puertorriqueños emigrantes en los Estados Unidos tuvo un impacto negativo profundo en la educación, empleo, vivienda y en sus relaciones con los sistemas legales y políticos, así como en su autoestima y aspiraciones. Ante esta situación, un grupo de profesionales puertorriqueños, bajo la dirección e inspiración de la Dra. Pantoja, organizó un programa para ayudar a sacar a los puertorriqueños de la marginación.
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El grupo creó estructuras para desarrollar líderes que se involucraron en la vida social, educativa, económica y política de Nueva York y la cambiarían para beneficio de los puertorriqueños. La fundación de ASPIRA (1961) fue una de estas.
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Para el proyecto de ASPIRA, la Dra. Pantoja consiguió fondos de un comerciante de Nueva York y junto a profesionales capacitados, y una estructura comprometida, abrió su primera oficina en 1961.
La fundación de ASPIRA proveyó a cientos de jóvenes las herramientas para enfrentar obstáculos sociales, familiares y personales para aspirar a una vida mejor a través de una educación.
ASPIRA escogió como la silueta del pitirre como su logo para que los participantes le emularan volando alto hasta lograr sus aspiraciones sin importar las adversidades. El mensaje iba claro: “No importa lo que tengan que encarar, tendrán el valor, la intrepidez y la determinación del pitirre (1).
A finales de los 60, ASPIRA se extendió a New Jersey, Pennsylvania, Illinois y Puerto Rico en 1969 con el auspicio de la Fundación Ford.
En el 1968 se estableció en Nueva York una entidad nacional, ASPIRA de América (conocida ahora como Oficina Nacional de ASPIRA con sede en Wáshington) para unir las instituciones independientes, pero asociadas, con el propósito de asegurar oportunidades educativas a todos los hispanos en los Estados Unidos a nivel nacional y a los puertorriqueños y otros residentes en Puerto Rico.
El pitirre (tyrannus dominicensis) defiende agresivamente su territorio de los intrusos